Al finalizar la presentación de los personajes, por grupos de historia, los niños eligieron un lugar (en el que se sentían cómodos) y allí comenzaron a jugar entre ellos caracterizando cada uno su personaje, es decir, comenzaron a producir la historia haciendo interactuar a su personaje (en físico). La maestra por su parte registró (en audio o video) las historias para volver sobre ellas más adelante. Los niños intercambiaron expresiones particulares de cada personaje, voces, inventaron mundos o situaciones para cada uno y las compartieron con los demás personajes.
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